Cada obra tiene su particularidad, pero si tengo que mencionar una que marcó la relación con Tecnopol y su responsable para Argentina fue el Estacionamiento Oficial de Presidencia de la Nación y Centro de trasbordo de Ómnibus “Parque del Bajo” que forma parte del complejo “Paseo del Bajo” una obra icónica y sin dudas la obra de infraestructura más importante de los últimos 30 años en la Ciudad de Buenos Aires. El edificio es un parking subterráneo que a nivel de la calle se transforma en un parque, la estructura en el nivel cero es una gran losa de 15.000 m2 con una pequeña pendiente, sobre esta losa se generan diferentes situaciones como el tránsito de vehículos colectivos, tránsito peatonal y áreas verdes. Destacó esta obra por dos aspectos, el primero fue la sinergia que se dio entre Tecnopol y Grupo Silat, para lograr el cambio de especificación, ya que el pliego no prescribía poliurea como impermeabilización y tras meses de trabajo conjunto de las áreas técnicas y comerciales de Tecnopol y Grupo Silat logramos en primera instancia convencer a la empresa constructora que la mejor solución técnica para este proyecto era la poliurea; con la constructora convencida tuvimos que convencer al estudio que ejercía la dirección de obra y por último conseguir la aprobación de las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para el cambio de especificación; entonces en argentina la poliurea no era muy conocida y había algunas malas experiencias por poliureas mal aplicadas con máquinas que no eran aptas o en espesores muy bajos, por lo que fue un trabajo titánico el que realizamos hasta que conseguimos todas las aprobaciones, y aún no habíamos comenzado los trabajos… y ese es el otro aspecto destacable; la obra presentaba dos grandes desafíos, el primero fueron los tiempos de obra acotados, por lo que se decidió contar con todo el material en obra desde el inicio de los pactados, eso nos dio libertad para avanzar y la certeza de poder terminar la impermeabilización a tiempo; el segundo fue una cuestión técnica propia de la estructura, los movimientos que se daban en las juntas entre los distintos paños de la losa eran muy marcados, mucho más de lo que se había previsto, por lo que hubo que buscar una solución para esas juntas, ahí una vez más contamos con el apoyo del departamento técnico de Tecnopol y diseñamos una solución definitiva que hasta el día de hoy no ha presentado ningún problema.
Funcionó tan bien el sistema (y sigue funcionando) que a día de hoy cuando un cliente tiene dudas sobre la poliurea lo llevamos a visitar esa obra, obviamente la poliurea no se puede ver ya que quedó sepultada baja el hormigón y la tierra, pero lo más importante es que no no se observa filtraciones de ningún tipo.
Recientemente finalizamos la aislación térmica y la impermeabilización del nuevo Auditorio del Colegio Northlands en Olivos, Provincia de Buenos Aires. El Auditorio es un edificio de 1600 m2 que consta de una serie de rampas transitables con pendientes pronunciadas como parte de la estructura del auditorio y hacen a su vez de “paseo verde”, rematado con una gran cubierta ajardinada. La complejidad de este trabajo radicó en que el edificio ocupa toda la parcela y no existían espacios hábiles para almacenar los materiales de obra y realizar encofrados. Lo que se decidió fue habilitar un espacio sobre el que previamente se había aplicado poliurea con el objetivo de que resistiera los “maltratos” a los que se le sometió durante la obra.
Otro aspecto interesante de esta obra fue que el estudio que estuvo a cargo de la dirección de obra tuvo un rol muy activo a la hora de informarse y formarse respecto a las propiedades de la poliurea, sus características y su correcta aplicación, esta formación la realizó el departamento técnico de Tecnopol de manera conjunta con su responsable comercial en Argentina. El conocimiento adquirido por parte de la dirección de obra les permitió tener mucha presencia en el momento de la aplicación, este control (¡hasta de la temperatura y presión en las mangueras!) nos ayudó a continuar mejorando el proceso de aplicación y alcanzar los más altos estándares esperados por el cliente. En resumen, fue una obra compleja, pero al final considero que crecimos, sobre todo a nivel técnico gracias a las exigencias de la dirección de obra y al soporte de Tecnopol.
Definitivamente sí. Actualmente en Argentina está llegando a puestos de toma de decisión una generación de arquitectos e ingenieros que están ávidos de conocer nuevas tecnologías. Creo que esta permeabilidad a conocer nuevos materiales junto con un interés en hacer que los procesos constructivos sean más eficientes y sostenibles, junto a las extraordinarias características de la poliurea hacen que resulte cada vez más sencilla su difusión y aceptación.
La rehabilitación de edificios en Argentina no tuvo un aumento considerable debido a la pandemia, de hecho, ante la incertidumbre se frenaron muchos proyectos de rehabilitación de cubiertas en naves industriales y edificios comerciales. En cuanto a la rehabilitación de cubiertas de viviendas, te diría que el conocimiento por parte de los posibles clientes aún es es marginal.
Como te comenté, en una de las respuestas anteriores, creo que la Unión Europea debería trabajar más sobre la oportunidad que la normativa europea sirve de base para la normativa nacional en los distintos países de América Latina, en especial en los países de mayor PBI como México, Brasil, Argentina, Colombia y Chile.
Nuestro sistema Tecnocoat, es el que mayor cantidad de documentos técnicos emitidos por organismos independientes tiene y esta situación influye positivamente en obras de relevancia por la seguridad que aporta a los prescriptores.
El propietario muchas veces ve solo el coste de la obra y no los beneficios generados en confort y economía a medio y sobre todo largo plazo. Por ejemplo, hoy en Argentina la energía para calentar o refrigerar las viviendas es muy barata, por lo que la amortización de una buena aislación con espuma de Poliuretano en cubierta y muros (o por el caso instalar aberturas con DVH) se da en un plazo excesivamente largo, lo que desalienta al propietario a realizar una inversión inicial mayor. Lo mismo pasa con la cuestión del mantenimiento, para un propietario promedio que no tiene conocimientos en construcción es difícil medir los costos (y dolores de cabeza) que acarrean una impermeabilización deficiente. Por esto creo que es fundamental hacer pedagogía y difusión con los profesionales (arquitectos e ingenieros) que son los que tienen una relación más cercana con el cliente. En general el cliente confía en el profesional, por lo que si este está convencido de la conveniencia del uso de la poliurea o la espuma de poliuretano va a ser quien mejor se lo pueda transmitir al cliente.
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JUAN PABLO SICADirector de Grupo Silat, empresa de ingeniería en construcciones. Empresa de ingeniería especializada en la gestión y ejecución de proyectos de aislaciones térmicas, impermeabilizaciones y tratamientos de superficies. |