Según la OMS el Radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. La creciente conciencia sobre la problemática está generando cambios normativos y la adaptación de materiales y soluciones constructivas.
Tecnopol lleva ya tiempo investigando sobre la temática y realizando ensayos para dotar sus productos impermeabilizantes de las características adecuadas para que sus membranas de poliurea y poliuretano cumplan las nuevas normativas nacionales e internacionales.
El Radón es un gas radioactivo de origen natural. Este gas, tiene tendencia a concentrarse en los interiores de los edificios como viviendas, escuelas y lugares de trabajo. La producción del radón se realiza a través de la desintegración radiactiva del uranio de forma natural. Este se encuentra en nuestro ecosistema en los suelos y rocas, principalmente graníticas, aunque también puede encontrarse en el agua. El radón emana del suelo con facilidad y pasa al aire. Una vez en el aire, se desintegra y emite unas partículas que son radiactivas. En el ambiente, se diluye rápidamente ya que la concentración es muy baja y no supone ningún riesgo para la salud.
El problema se encuentra en los espacios cerrados. La aparición del radón en las viviendas se realiza a través de grietas del suelo, de los pisos con las paredes, espacios cerca de tuberías o cables, poros de paredes de hormigón hueco, sumideros y desagües. Es por esto que se ha detectado que el radón suele tener concentraciones más altas en sótanos, bodegas y espacios habitables directamente en contacto con el terreno.
También puede aparecer en el interior de la vivienda por las emisiones de los materiales de construcción, tanto por la concentración de radio en los materiales como por la fracción de radón producido que es liberado, así como también la porosidad del material, la preparación de las superficies y el acabado de las paredes.
Para reducir la concentración de radón en los interiores, tanto de las viviendas de nueva construcción como las ya existentes, debemos por un lado prevenir su filtración y por el otro asegurar la renovación del aire interior para que no se estanque.
Para hacerlo la OMS recomienda: Mejorar la ventilación del forjado. Instalar un sistema de extracción mecánica en el sótano, forjado o solera para extraer el radón de los lugares con mayor concentración. Evitar que se filtre desde el sótano hasta las habitaciones, despresurizando el espacio entre el suelo del edificio y el terreno. Sellando el piso y las paredes. Mejorando en general la ventilación de la vivienda.
En España el Consejo de Ministros aprobó, en su reunión del día 20 de diciembre, el Real Decreto de Modificación del Código Técnico de la Edificación, que servirá para la mejora de la eficiencia energética de los edificios y que recoge, entre otras cuestiones, el nuevo “Documento Básico de Ahorro de Energía” y la nueva sección del “Documento Básico de Salubridad” dedicada a la protección de los edificios frente a la exposición al gas radón. https://www.codigotecnico.org/index.php/menu-actualidad/390-aprobacionRD.html
La semana pasada fue noticia la publicación de la “Nueva Guía de Rehabilitación frente al Radón editada por el CTE”